A inicios del siglo XX la tasa de analfabetismo en Colombia era del 66 % de la población adulta. Una de las principales causas asociadas era el bajo cubrimiento de las escuelas y las limitaciones al conocimiento libre, pues medios como los periódicos y los libros estaban condicionados al poder adquisitivo de las personas.
La masificación de Internet a inicios del siglo XXI contrasta significativamente con esta situación: Internet llegó para quedarse, e hizo importantes avances para la democratización del conocimiento. Solamente en Colombia cerca de 35 millones de personas son usuarios activos de Internet y, potencialmente, pueden acceder a un número infinito de fuentes de conocimiento.
Si comparamos el mundo de hoy con el de hace cien años, podemos afirmar que el mundo de hoy es “más pequeño” y “más grande” a la vez. Es “más grande” en tanto el volumen de información recopilada en Internet supera, de lejos, la cantidad de información que un ser humano puede procesar en toda su vida. También se hizo “más pequeño” porque Internet ha logrado acercar a millones de personas, ubicadas en diferentes partes del mundo, usando las redes sociales que, a su vez, redujeron considerablemente las brechas comunicativas.
El desarrollo de las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) ha traído formas novedosas para la difusión de contenidos. Sus beneficios no son ajenos al sector educativo, pues hoy existen oportunidades para aprender virtualmente en diferentes niveles de manera inclusiva, sin importar el tiempo y el lugar de residencia de las personas. Además, han aparecido nuevas estrategias que ubican al estudiante como el principal protagonista del proceso de enseñanza – aprendizaje.
Los nuevos modelos de educación virtual son vistos con interés por quienes quieren continuar sus estudios, porque esta modalidad les brinda la flexibilidad de manejar su tiempo, sin que sus intereses por aprender generen conflictos con sus responsabilidades laborales y familiares. El Centro Nacional de Consultoría de Colombia señala que la educación virtual representa el cuarto mayor uso de internet en personas con edades entre los diecisiete y los sesenta años. Por su parte, el Ministerio de Tecnologías de la Información y Comunicaciones, da cuenta del aumento en la demanda de la educación virtual, pues desde el 2021 las clases virtuales han aumentado un 70 % en todos los niveles de formación educativa.
Ante esta realidad, se necesitan modelos educativos que respondan a las exigencias de los nuevos tiempos. La tecnología es indispensable para este propósito, porque su uso puede facilitar nuevas experiencias conceptuales, científicas y humanas, en las que sean patentes la flexibilidad, la innovación, la autonomía y las formas novedosas de integración entre docentes y estudiantes. La forma como los docentes y los estudiantes asumen este modelo es uno de los principales retos, en tanto se requiere un grado alto de motivación y compromiso, además de conocimiento de las diferentes herramientas.
Existen quienes temen a este nuevo modelo, porque consideran que la implementación de la virtualidad puede ser proporcional al detrimento de la calidad; sin embargo, cada vez son mayores los protocolos y los procesos encaminados a garantizar los más altos estándares educativos, tales como la formación de docentes comprometidos y curiosos por descifrar los nuevos retos didácticos, para evitar que las prácticas de educación tradicional se virtualicen.
Entornos virtuales de aprendizaje
La educación virtual, formal y no formal, ha tendido a incorporar un modelo de enseñanza por competencias, que busca dotar a los estudiantes de las habilidades necesarias para desempeñarse en el mercado laboral. La incorporación de este modelo en los entornos virtuales de aprendizaje debe contribuir a resolver los grandes problemas que se presentan en los escenarios de ejercicio profesional de los estudiantes. Conscientes de esta realidad, la Fundación Universitaria Compensar ha decidido asumir el reto, ofreciendo experiencias de aprendizaje, tanto sincrónicas como asincrónicas, que buscan brindar educación de alta calidad a los interesados en sus programas virtuales de pregrado y posgrado ofrecidos a nivel nacional.
Con el fin de contribuir a la formación de ciudadanos que respondan a las exigencias del siglo XXI, la Fundación Universitaria Compensar ha desarrollado una propuesta curricular que se distancia de los modelos tradicionales, en los que el estudiante tenía un rol secundario y escuchaba y memorizaba conceptos de cada asignatura; la Fundación ha diseñado estrategias basadas en el desarrollo de competencias que, sumadas a nuestras alianzas estratégicas con el sector empresarial, brindan oportunidades atractivas y competitivas de vinculación laboral a nuestros egresados. En compensar la virtualidad es sinónimo de calidad, diversidad, flexibilidad y desarrollo de habilidades.